Hoy en día las políticas sociales implantadas desde el gobierno están abocadas a lograr la equidad e igualdad social de las personas, lo cual se refleja en el lema de la Concertación “Crecer con Igualdad”; no obstante, en su afán de adquirir adherentes y votantes año a año ha quedado plasmado sólo en el papel y la realidad dista mucho de ello. No es menor considerar que en Chile viven setecientas mil personas con un ingreso mínimo mensual, no logrando siquiera a cubrir las necesidades básicas. Se plantea que este salario mínimo es un piso para los trabajadores más desprotegidos, sobretodo en aquellos países donde el crecimiento económico es sostenido como es el caso de Chile, si no hubiese existido este piso las desigualdades en la distribución de las riquezas habrían sido aún mayores. Sin embargo, este ingreso mínimo se está convirtiendo en el salario máximo producto de que este salario no logra estar por sobre los niveles de pobreza.
Ante esta realidad, el contexto social en el cual están insertas las familias en situación de pobreza obstaculiza su desarrollo como persona y grupo familiar. Desde esta óptica no es meritorio pensar que estas familias se reconocen por su marginalidad, tanto territorial como socioeconómica. Desde el territorio, se localizan en la periferia de las grandes ciudades. En cambio desde sus carencias socioeconómicas, se visualiza el escaso alcance de cubrir sus necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y educación. Lo anterior da respuesta que la adversidad que vivencian las familias más desprotegidas genera un clima estresante lo cual concibe sentimientos de frustración, inseguridad, rabia, decepciones, desencantos, vale decir, que a todas sus carencias socioeconómicas se suman aquellas de carácter psicológicas. Entonces alguien me puede decir ¿cuál es la equidad e igualdad social que se ha logrado en tantos años en los Gobiernos de la Concertación?.
Ante esta realidad, el contexto social en el cual están insertas las familias en situación de pobreza obstaculiza su desarrollo como persona y grupo familiar. Desde esta óptica no es meritorio pensar que estas familias se reconocen por su marginalidad, tanto territorial como socioeconómica. Desde el territorio, se localizan en la periferia de las grandes ciudades. En cambio desde sus carencias socioeconómicas, se visualiza el escaso alcance de cubrir sus necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y educación. Lo anterior da respuesta que la adversidad que vivencian las familias más desprotegidas genera un clima estresante lo cual concibe sentimientos de frustración, inseguridad, rabia, decepciones, desencantos, vale decir, que a todas sus carencias socioeconómicas se suman aquellas de carácter psicológicas. Entonces alguien me puede decir ¿cuál es la equidad e igualdad social que se ha logrado en tantos años en los Gobiernos de la Concertación?.
by Kau
