miércoles, diciembre 14, 2005

Lavandero: locura a medias

Cuando escucho o pienso en la palabra pedofilia, a mi mente llegan dos imágenes. Por un lado aparece el señor Lavandero, el Lavandero mediático, aquel al que tuvimos acceso, el que en ningún caso asumo como el real. Esta imagen de Lavandero, esta caricatura, es un arquetipo, uno que habla de alguien que ha dejado sus deseos reprimidos en lo más oscuro ya que son deseos inconfesables, deseos que tienen olor a inocencia mezclada con perversión. Es una personalidad estructurada desde la negación de los deseos. Pero esta negación debe haber tenido un inicio. ¿En qué momento es cuando el objeto sexual de este señor queda fijado en lo infantil? ¿Qué experiencias fueron las que lo llevaron a construirse como alguien a quien la desnudes con olor a leche, con risas infantiles y miradas inocentes es capaz de provocarle una erección incontenible al punto de ceder ante la posibilidad de intimar con algún niño? Sin duda me atrevería a indagar en sus experiencias sexuales más tempranas, en sus formas de placer más antiguas y básicas, en la relación con sus padres. Debe ser un gusto psicoanalizarlo.
Ahora bien, por otro lado, al hablar de pedofilia también me acuerdo del personaje interpretado magistralmente por Jeremy Irons en Lolita. Cómo olvidar esa mirada perdida en un amor loco, un amor que no mide, que no razona, un amor libre de estructura y de lógica. Un amor que incluso es capaz de llevar a la muerte, a la negación del ego, un amor sublime. Un amor que no sabe de orgullo, que es capaz de obligarlo a uno a desechar gustoso toda moral, todo deber ser, incluso a un profesor de lengua.
Quien no ame así por lo menos una vez en la vida no puede morir sin dejar una deuda.
Mi postura es simple, amar a Lolita es necesario. La diferencia entre las dos imágenes es simple, Lavandero siente culpa. Y con justa razón. El no es loco, es perverso. La locura es sublime. Quiero y necesito sentir lo que Jeremy Irnos sentía al contemplar ese regalo que las Diosas pusieron en su camino. Pero si me vuelvo loco?. Me vuelvo loco ya que para andar con cosas a medias como lavandero, mejor veo tele.


Por Funesto